Un Tribunal de Responsabilidad Penal Juvenil de Quilmes condenó a un cuarto joven que llegó a juicio por el homicidio de Micaela Romero, la integrante de la Policía Federal que fue asesinada por «motochorros» durante un asalto cometido en agosto de 2020, plena pandemia de coronavirus, en La Cañada, partido de Quilmes, informaron hoy fuentes judiciales.
Por este caso, el 13 de julio de 2021 ya habían sido condenados otros tres jóvenes que al momento del asesinato eran menores de edad.
Hasta ahora a ninguno de los cuatro condenados se les impuso el monto de la pena, que fue diferido, aunque todos ellos se encuentran alojados en institutos de menores, explicaron las fuentes.
Los voceros consultados por Télam contaron que el último condenado fue juzgado en un debate distinto a sus cómplices ya que fue detenido más tarde.
La fiscal María Julia Botasso había solicitado 25 años de cárcel para el joven al alegar ante los jueces Edgardo Salatino, Isabel Cerioni y Julia Rutigliano del Tribunal de Responsabilidad Penal Juvenil 2 quilmeño, por considerarlo coautor de «homicidio en ocasión de robo doblemente agravado».
Sin embargo, los magistrados lo condenaron por el delito de «homicidio calificado por tratarse la víctima de un miembro integrante de una fuerza de seguridad en concurso real con robo calificado por el empleo de arma de fuego».
Esta mañana, el padre de Micaela dijo a Télam que está conforme con el fallo condenatorio, aunque reclamó que los cuatros condenados sean alojados en un penal de máxima seguridad porque ahora son mayores de edad.
«No puede ser que tengan el privilegio de estar en un lugar para menores cuando hoy son todos mayores y la justicia los encontró culpable. Necesitamos que se dicte pronto el monto de la pena y los mande a todos directo a un penal de máxima seguridad por asesinos», agregó Juan Carlos Romero.
Micaela Romero tenía de 23 años, era madre de una nena de 2 y tenía un año de antigüedad en la fuerza de seguridad, donde se desempeñaba en la División Protección Residencia Presidencial de Olivos y Operaciones de la Policía Federal Argentina, aunque estaba de licencia médica cuando fue asesinada.
Actualmente, su hija vive con su padre en una casa que el hombre construyó junto a la mujer asesinada en la parte de atrás del terreno donde se ubica también la vivienda de la madre de ella, en el barrio Kolinos, de Quilmes.
El crimen fue cometido cerca de las 7 del domingo 16 de agosto de 2020, cuando se celebraba el Día del Niño.
La policía, que estaba vestida de civil y no llevaba su arma, fue junto a un amigo a comprar cigarrillos a un comercio ubicado en calle 395 y avenida Carlos Pellegrini, de La Cañada, Quilmes, cuando ambos fueron abordados por varios delincuentes que iban en moto.
De acuerdo con lo determinado luego, los asaltantes le robaron las zapatillas y el celular al amigo de Romero y cuando la mujer se negó a entregar su teléfono se dieron cuenta de que era policía y le efectuaron un disparo en el pecho.
«Tirale que es cobani. Tirale que es cobani», le dijo uno de los delincuentes a otro al momento del robo y al reconocer a Romero.
Los investigadores dijeron que la oficial recibió un disparo a la altura del tórax, mientras que los delincuentes alcanzaron a sacarle el celular para luego escapar.
Tras el ataque, Romero fue trasladada en grave estado por un grupo de vecinos al hospital El Cruce, de Florencio Varela, donde ingresó inconsciente y falleció a los pocos minutos producto de la herida sufrida.
A un mes y medio del hecho, la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, se reunió en su despacho del Senado con la madre de la víctima y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, para acompañar el pedido de justicia de la familia.
Pocos días después, la entonces ministra de Seguridad, Sabina Frederic, recibió a los padres de Romero y les expresó su «pesar y compromiso» por contribuir al esclarecimiento del caso.