El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recomendó esta semana no consumir conservas de origen desconocido o sin etiquetas, lavar con agua potable las frutas y verduras y evitar dar miel a menores de un año para prevenir el botulismo, una enfermedad transmitida por alimentos que se puede incrementar con las altas temperaturas, informó ese organismo.
El botulismo es una enfermedad transmitida por alimentos (ETA) causada por una bacteria que se encuentra presente en el suelo y en el agua, que resiste las altas temperaturas y se desarrolla en ausencia de oxígeno.
Por las características de esta bacteria, los alimentos «más sensibles a ser expuestos» son aquellos envasados y esterilizados por «técnicas deficientes», por falta de higiene o manejo inadecuado de la temperatura de elaboración y conservación.
Dado que las altas temperaturas «favorecen» la proliferación de bacterias, el organismo instó a «reforzar los cuidados evitando comprometer la salud».
Para evitar riesgos de intoxicación por botulismo, el Senasa recordó la importancia de optar por conservas que cuenten con «todas las aprobaciones de las autoridades sanitarias correspondientes» y no consumir conservas de origen desconocido o sin etiquetas.
Los productos deben visualizar el número de habilitación del producto y del establecimiento elaborador –Registro Nacional de Establecimientos (RNE) y Registro Nacional de Productos Alimenticios (RNPA)–, la dirección del elaborador, la denominación de venta del producto de la mercadería, la fecha de producción y vencimiento, el lote, la clase de producto y el peso, detalló el organismo.
Asimismo, aconsejó lavar con agua potable las frutas y los vegetales que se consumirán, en especial «aquellos que por sus irregularidades sean más difíciles de higienizar».
«Tener presente que los microorganismos se vehiculizan con tierra o polvo», advirtió.
Entre las recomendaciones, señalaron no comprar latas que presenten abombamientos o tapas hinchadas, expulsión de gas al abrir los recipientes, turbiedad no habitual del líquido y abolladuras o contenido atípico en consistencia (por ejemplo, con burbujas o espuma).
Por último, el organismo sugirió evitar dar miel a los niños menores de un año ya que el botulismo del lactante «es una enfermedad potencialmente mortal» en este grupo etario y resulta de la ingestión de la espora de la bacteria Clostridium botulinum a través de la miel.