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La discusión por el congelamiento del Presupuesto de las Universidades Nacionalesalcanzó su punto más álgido con la Marcha Federal Universitaria del pasado 23 de abril. Cientos de miles de estudiantes, docentes, nodocentes y ciudadanos en general se congregaron en las principales ciudades del país para expresar enérgico rechazo al accionar del Gobierno para con la educación pública.Es importante contextualizar la gravedad del recorte que están sufriendo las Instituciones, a las cuales se les prorrogó el presupuesto correspondiente a Marzo de 2023, solo con un sutil aumento del 4,1% en términos globales, pasando de un total de 1,39 a 1,44 billones de pesos, respectivamente. Esta suba, casi imperceptible por cierto, se debe al aumento del 70% pero únicamente para los gastos de funcionamiento (servicios, internet, telefonía, etc.) los cuales representan un porcentaje muy pequeño del total de erogaciones presupuestarias de las casas de altos estudios, tal como se muestra en la siguiente figura, producto de un análisis llevado a cabo por ACIJ (Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia).De esta manera, y con una inflación interanual marzo 2023-marzo 2024 calculada por el INDEC en 288% (la más alta desde 1991), las Universidades Públicas afrontan el año con un Presupuesto 71% menor al del ciclo lectivo anterior, sin tener en cuenta los fuertes tarifazos, principalmente en energía eléctrica, gas, agua y la reciente liberación de precios en telefonía e internet.Como si fuera poco, desde el área de Políticas Universitarias del Gobierno también han recortado fondos en torno a diferentes programas, como por ejemplo:-Fondo para el Fortalecimiento de la Ciencia y la Tecnología.-Apoyo a los Institutos Tecnológicos.-Desarrollo de proyectos especiales.-Hospitales universitarios.En síntesis, por cada $100 que disponían las Universidades con el Gobierno anterior, disponen hoy de $29 con la gestión que encabeza Javier Milei.
Por otro lado, las Becas Estudiantiles, mecanismo fundamental para la continuidad y
egreso de quienes eligen la Universidad pública, también sufrieron un deterioro
notable; en primer lugar, las Becas Progresar, que entre 2020 y 2023 crecieron de
490.000 a 1.700.000 beneficiarios, padecen el congelamiento de montos en $ 20.000,
el cual debiera ascender a $ 57.600 si se toma como parámetro la inflación interanual.
En segundo lugar, las Becas Manuel Belgrano, orientadas a estudiantes de carreras
estratégicas para el desarrollo del país, las cuales continúan con los 36.000 cupos
otorgados en 2023, pero variaron su fórmula del equivalente a dos ayudantías de
segunda a otorgar el monto de una ayudantía, lo cual se traduce en $ 82.000
mensuales (en 2023 el monto fue de $ 57.000 por alumno).
Al consultar a las autoridades del Gobierno los motivos de estos recortes repiten hasta
el hartazgo la frase NO HAY PLATA, pero ¿Cuánto hay de verdad en ello?
A mediados de mes, el Presidente junto con el Ministro de Defensa Luis Petri,
anunciaron con bombos y platillos la adquisición de 24 aviones de combate F-16,
comprados a Dinamarca, los cuales poseen 40 años de antigüedad y serán equipados
con armamento en los Estados Unidos. Según el vocero Manuel Adorni, el desembolso
de esta operación alcanza la cifra de 300 millones de dólares, monto exorbitante si se
lo compara con la discusión Universitaria, ya que de usarse para apoyar a los
estudiantes podría representar:
.305.000 becarios Manuel Belgrano (8 veces más en cupos) durante todo un año, con
el monto anunciado de $ 82.000 por mes
.150.000 becarios Manuel Belgrano durante todo el año, con un monto equivalente a la
fórmula original, el cual sería de $ 165.000 mensuales.
.O bien, sostener las 36.000 becas Belgrano con $ 82.000 mensuales y solventar
1.100.000 becas Progresar con el monto anunciado de $ 20.000 al mes
Evidentemente, recursos hay, la discusión es de que manera se administran y quienes
los reciben.
Este conjunto de razones ha sido el desencadenante de la histórica movilización en
defensa de las Universidades públicas, las cuales son motivo de orgullo Nacional y
demostraron, una vez más, contar con el apoyo y aceptación de la gran mayoría de la
sociedad. Ahora bien, del otro lado se encuentra un discurso contundente y
reaccionario que niega el aporte que estas hacen al desarrollo del país, buscando
instalar una falta de auditoría de los fondos que reciben (lo cual es mentira ya que la
AGN se encarga del asunto) y el supuesto adoctrinamiento para con los estudiantes,
sumado al complot que llevaron a cabo algunos Gobernadores, un sector minoritario
del bloque de la UCR y el Diputado Miguel Ángel Pichetto para no dar quórum al
tratamiento del tema en el Congreso.
Dicha contraposición pone al Sistema Universitario frente a una especie de batalla
cultural teniendo que revalidar su rol social nuevamente, lo cual, como en todo tipo de
crisis, deja entrever una imperdible oportunidad.
Si uno repasa la historia del movimiento universitario pueden destacarse 4 hechos
transcendentes, que revolucionaron la matriz educativa de la Argentina:
.La Reforma Universitaria de 1918, impulsada por el radicalismo, la cual instaló la democratización de la Universidad, promulgó la libertad de cátedra y anunció la gratuidad de la enseñanza.
.La creación de la Universidad Obrera Nacional, en 1948, para capacitar a los
trabajadores y que se conviertan en Ingenieros de fábrica, capaces de llevar adelante
el Modelo ISI (Industrialización por Sustitución de Importaciones) más la instauración
de la gratuidad de la enseñanza Superior, aplicada por Decreto en 1949, ambas por el
aquel entonces Presidente Juan Domingo Perón, suprimiendo todos los aranceles y
garantizando a través del Estado los fondos para que el sistema funcione.
.Creación de las Universidades del Conurbano, durante el período 2003-2013, durante
los Gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, respectivamente, donde se logró acercar
la educación superior a un amplio sector de la sociedad que antes no accedía, o que
para hacerlo debía viajar muchas horas, mudarse de sus casas, dejar de trabajar o
afrontar enormes costos, entre las cuales se destacaron las Universidades de
Avellaneda, Moreno, Florencio Varela, José C. Paz, Merlo, Villa Mercedes, Río Negro,
Chaco Austral y Tierra del Fuego.
En este contexto aparece una valiosa oportunidad para direccionar la construcción
política hacia una cuarta Revolución Universitaria, a través de la cual se logre
territorializar la agenda de las Universidades, consolidando un proceso de empatía
social donde todos los que contribuyen para que el Estado pueda sostener el sistema
vean reflejados los beneficios que este tiene para con la comunidad. Para ello es
menester que la oferta académica se planifique según la demanda de las economías
Regionales, satisfaciendo las necesidades de los sectores productivos, rediseñando
planes de estudio, articulando con el entramado PyME y constituyéndose en una
especie de consultora estratégica del Estado. Para el caso de las carreras abocadas a
las Ciencias Sociales, el anclaje con el pueblo debe verse reflejado de manera
inmediata en la generación de oportunidades, el puente con la educación secundaria y
terciaria, talleres de oficios, alfabetización, jornadas de investigación que apunten a la
resolución de problemáticas sociales y una política extensionista “puertas afuera”.
La Universidad Pública es un pilar fundamental para la grandeza de nuestra Patria, la
defensa de la Soberanía, la generación de conocimiento y, a través de ello, la solución
a los problemas que se presentan en torno a la salud, empleo, energía, acceso a
servicios públicos, cultura, alimentación, desarrollo tecnológico y todo lo que la
sociedad requiere para su pleno desarrollo. Por eso es tan importante que sepamos
defenderla con fervor, pero además tengamos como Comunidad la capacidad de
repensarla día a día, de manera tal que se convierta en el cimiento fundacional para
edificar una nueva y mejor Argentina.
Giuliano Falconnat
.Expresidente, Federación Universitaria Tecnológica
.Consejero Directivo, UTN Mar del Pla