Foto: Se juntaron Los Celestes, Agrupación del Quilmes Atlético Club
Nota de Opinión
Acaso debilitado en el ámbito político local tras el virtual retiro de Martiniano Molina, Guillermo Galetto busca ahora seducir a la gestión municipal kirchnerista para asegurarse la posibilidad de ser recambio de Mateo Magadán en el Quilmes Atletico Club, aprovechando con picardia una interna del peronismo bonaerense.
Todo se da en momentos en que el oficialismo Negro – Celeste del club entró en crisis tras haber perdido la posibilidad de el ansiado ascenso de Quilmes, que desembocó más tarde en la salida del celeste Lisandro Lopez de la ya de por si reducida mesa chica de Magadán.
Impensado hace solo un par de años, esa ruptura ahora parece replicar la del PJ bonaerense, cuando se abre un año electoral como el 25.
En las últimas horas, Magadán piso ese palito y difundió una foto con el poderoso presidente de AFA, Claudio «Chiqui» Tapia, el gobernador Axel Kicillof y su operador político Carlos Bianco, quilmeño que, aunque hincha de Boca, viene mostrándose como simpatizante cervecero con ascendente visibilidad.
Se trata de la primera crisis fuerte de un espacio que viene construyendo poder interno en el QAC desde la llegada a la presidencia de Marcelo Callelo en 2016, en el que los socios cerveceros pusieron fin al largo ciclo encabezado por los Meizsner, al que se habia sumado tanbien Aníbal Fernández.
Hombre fuerte del club, Galetto que hasta hace muy poco era el principal operador político de Molina y el macrismo en la ciudad, mete un giro sorpresivo e intenta ofrecerse como opción en el club para la actual intendenta, Mayra Mendoza.
En ese plan, se mete de lleno en la disputa abierta y pública entre Mendoza y Kicillof. Si Magadán tantea en cercanías del gobernador, Galetto hace contracara y aunque parezca increíble, aspira a asegurarse la bendición de Mayra, a la que el, sus militantes y votantes enfrentaron durante tantos años.
«Guillermo se ve como un presidenciable en el club por primera vez y eso además le serviría para recobrar fuerza política en la ciudad» expresa una voz cercana a Galetto, que lo acompaña en el cervecero y en sus andanzas en el ámbito político donde asegura, viene construyendo confianzas fuertes en el palacio municipal.
Galetto irrumpió en la política desde el club, con un fuerte discurso antikirchnerista que en los últimos tiempos entibió sensiblemente.
Ahora, sin puerta de acceso visible al espacio libertario, advierte al club como posible trampolín para una reformulacion de su figura política. Hay quienes positivamente evalúan tal jugada desde el más claro «pragmatismo» y otros, más críticos, ven el acercamiento de Galetto a Mayra y La Cámpora como como un «oportunismo total»