El Gobierno nacional puso en marcha esta semana un programa que contempla la entrega de hasta cinco toneladas de fertilizantes a alrededor de 77.000 pequeños y medianos productores de trigo y maíz que se encuentren en situación de emergencia, con una inversión del Estado estimada en US$ 30 millones.
Con la publicación de la resolución 1280/2023 en el Boletín Oficial, el Ministerio de Economía creó que el «Programa de Aporte de Nutrientes 2023» y cristalizó uno de los cuatro anuncios para el sector agropecuario realizados por el titular del Palacio de Hacienda y candidato a Presidente por Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa, hace ocho días.
El objetivo de la iniciativa «radica en brindar apoyo a pequeños y medianos productores y productoras de trigo y maíz para el incremento de las dosis medias de fertilización nitrogenada que aporten mayores rendimientos, más proteína en grano y reposición de nutrientes a los suelos, fomentando así un incremento sostenible en los rendimientos y calidad del grano obtenido, mediante el suministro de una cantidad determinada de urea fertilizante”, según consta en los fundamentos de la resolución.
Así, el Gobierno pondrá “a disposición de cada beneficiario que cumpla con los requisitos establecidos en la presente resolución, la cantidad de hasta 100 kilogramos (kg) de fertilizante urea por hectárea registrada en el Sistema de Información Simplificado Agrícola (SISA) para la campaña 2022/2023 para los cultivos de trigo y/o trigo candeal y/o maíz, con un tope máximo de 5.000 kilogramos o del remanente del cupo total en caso que éste resultare inferior”.
La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, y la cartera de Planificación del Desarrollo y la de Competitividad Federal serán la autoridad de aplicación de la norma.
Al respecto, el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, indicó que «la iniciativa del ministro de Economía, Sergio Massa, para acompañar a las y los pequeños y medianos productores con la inversión en fertilizantes para mejorar los rendimientos de los cultivos, así como también la adecuada reposición de nitrógeno y materia orgánica al suelo».
En la misma línea, el secretario de Planificación del Desarrollo y la Competitividad Federal, Jorge Neme, dijo que “esto contribuirá a una mejora en la productividad de los campos para que estos productores puedan cumplir cabalmente con su plan de fertilización. Este programa abarca un universo de 77 mil productores y va a ser un aporte para apoyar al conjunto del sector».
“Al Gobierno le preocupa en general darle una mano a todo el sector agropecuario. Creemos que es un sector muy competitivo de la economía, con una contribución importante a las exportaciones, tecnología de punta, una profunda cultura productiva y una capacidad de innovación permanente. Tanto los pequeños productores como las empresas de mayor dimensión”, subrayó Neme.
Desde el sector agropecuario, el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Carlos Achetoni, dijo que “para lo que es emergencia, obviamente está lejos de lo que habíamos pedido nosotros, pero lo que se dé, no está mal”.
“Creo que la medida tendría que tener un mayor alcance, porque aunque no sea en mayor cantidad, tendría que ser también para aquellos que tengan más de 150 hectáreas, porque el productor chico la está peleando igual que el que tenga más que eso. Es una medida en línea de lo que tiene que ir, pero es pequeña la ayuda”, agregó Achetoni.
Entre los requisitos fijados para poder acceder al beneficio, los productores deberán estar inscriptos en el Sistema de Información Simplificado Agrícola (SISA) y realizar una declaración jurada de que para la campaña 2023/2024 sembraron trigo o asumen el compromiso de sembrar maíz.
Por otra parte, deberán constatar en el SISA que, hasta el 1 de julio último, poseían una superficie cultivada de hasta 150 hectáreas de trigo o de maíz para la campaña anterior de 2022/2023.
La superficie que ingresen será tomada en cuenta a la hora de calcular el fertilizante a entregar, mientras que, por otra parte, debe pertenecer a algunas de las zonas declaradas en emergencia agropecuaria entre el 1 de mayo de 2022 y el 31 de enero último para el trigo, y entre el 1 de agosto de 2022 y 30 de junio pasado para el maíz.
Todos estos requisitos y la información que suministre el productor serán comprobados a partir de la información que aporte la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), para que luego la Secretaría de Agricultura resuelva sobre la procedencia de cada una de las solicitudes, y la Subsecretaría de Planificación de Desarrollo se encargue de la compra, logística y distribución del fertilizante.
Entre sus considerandos, el Gobierno explicó que “las campañas triguera y maicera 2022/2023 estuvieron signadas por el fenómeno de La Niña por tercer año consecutivo, lo que provocó lluvias por debajo del promedio y la afectación significativa de la producción nacional de estos cultivos» y que «las dosis de nitrógeno que se aplican son menores a las requeridas por los cultivos en función de sus rendimientos potenciales, respondiendo a una lógica de eficiencia económica que maximiza su aprovechamiento, pero no satisface los requerimientos que maximizan su productividad ni su calidad”, motivo por el cual deciden poner en funcionamiento dicho programa.
Cabe recordar que la campaña 2022/23 de trigo y maíz finalizaron, o se encuentran a punto de hacerlo, con grandes pérdidas como consecuencia de la sequía, heladas temprana y tardías y repetidas olas de calor registradas en zonas productivas durante el último año.
En este marco, el trigo resultó el más afectado, con una merma en el volumen obtenido del 44,6% hasta las 12,4 millones de toneladas, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).
En el caso del maíz, la recolección que aún se encuentra en curso finalizaría con una producción de 34 millones de toneladas (-34,6% respecto al ciclo pasado), mientras que la siembre de la campaña 2023/24 comenzará en los próximos días.