El dirigente sindical de panaderos de Avellaneda, Gastón Mora, fue denunciado por varias empleadas por supuesto abuso, violencia y amenazas en un centro de capacitación para chicas que se creó en dicha localidad bonaerense.
Una de las denunciantes habló en Campanas de la Noche por radio Splendid AM990, conducido por Caro Fernández, y contó cómo comenzó el engaño del sindicalista: “Lo ayudé a abrir un centro de capacitación para transformar, llevar los planes a trabajo genuino y eso nunca terminó pasando. Yo veía que pasaban cosas y empecé como a desenmascararlo. Era como un príncipe encantador al principio, él enamoraba a todos”.
“Yo ya lo había enfrentado porque hubo un episodio con una chica que se había lastimado los dedos y no la quisieron asistir y después con otra chica en la panadería también. Ahí le dije que no me gustaba cómo se manejaba, cómo las agarraba, cómo las tocaba, entonces yo lo enfrento y ahí él me agarra y me levanta del cuello y me quiere dar un beso pero me apoya. Ahí es donde grito y por suerte había otras chicas, pero después él como que se fue riéndose de eso”, relató.
La mujer señala que previo a este espantoso escenario, había querido renunciar dos veces pero él no la dejaba advirtiéndole que estaba mal visto: “Al otro día hago una jugada como para que él tenga la posibilidad de echarme, pero no pasó y después de eso dije ‘ya está’ y me fui”.
Cuando eso ocurrió, destacó que comenzaron a ventilarse los abusos que sufrieron las otras mujeres: “Encontré a una de las chicas y me cuenta lo mismo o peor, después otra más y así hasta que empezamos a juntarnos. Cuando nos quisimos acordar eran veinticinco”.
“Hay dos chicas que salieron corriendo, pero no quieren declarar porque tienen mucho miedo, es una persona que maneja mucho el tema del poder, de la política, y tiene muchos contactos”, manifestó, así como también contó que fueron amenazadas: “Nos hicieron pasar malos momentos en la vía pública, esto que hacemos es enfrentarnos contra un monstruo”.
Las denuncias fueron realizadas entre noviembre y diciembre del año pasado y ante el conocimiento de las mismas la mujer contó que hasta hombres empezaron a contar que fueron víctimas de estafas, de amenazas, de golpes, hechos mafiosos, y chicas por abuso o maltrato.
Acerca de la aparición del acusado en los medios de comunicación, como por ejemplo por el aumento del pan, la mujer se expresó en contra: “Llamamos a muchos programas en los que él se presentaba, mis compañeras y yo mandábamos mensajes diciéndoles que por favor no los saquen al aire, porque teníamos este problema y no nos escucharon, no nos dan bolilla, y solo el hecho de verlos nos pone mal”.
Ahora, la única medida que tomó la Justicia a favor de las víctimas es una restricción de acercamiento.
“Esto es como las personas que salen de adicciones, este es un día a día. Yo lo veo hoy y siento asco, siento odio, siento bronca, quizás mañana me llore todo el día”, expuso.
“Hay chicas que ni siquiera se lo dijeron a sus maridos, a sus parejas, a sus hijos, a sus padres porque es vergonzoso decirle ‘el tipo quiso abusar de mí, el tipo me tocó, el tipo me empujó, me golpeó, me amenazó’. Es un trabajo muy fuerte y de mucha conciencia entender y transmitir que la vergüenza queda siempre del lado del violento y del abusador, nunca del lado de la víctima. Lo que pasa es que estas personas se encargan de estigmatizarnos, de ponernos en el banquillo de los acusados”, manifestó.