MUJER POLICÍA ACUSADA POR LA MASACRE DE QUILMES LLORÓ Y DIJO NO TENER RESPONSABILIDAD

MUJER POLICÍA ACUSADA POR LA MASACRE DE QUILMES LLORÓ Y DIJO NO TENER RESPONSABILIDAD

Una oficial de la policía bonaerense comenzó ayer a ser juzgada por la denominada «Masacre de Quilmes», en la que murieron hace 18 años cuatro adolescentes tras incendiarse una comisaría en la que estaban demorados y por la que ya fueron condenados diez policías, y en su declaración ante el tribunal lloró, dio su versión de los hechos y aseguró que no tuvo responsabilidad.

Se trata de la oficial Elda Marina Guaquinchay Bogado, quien llegó en libertad al inicio del juicio que tiene a su cargo el Tribunal Oral en lo Crimina (TOC) 5 de Quilmes, y en el que está acusada del delito de «omisión de torturas».

En el inicio del juicio, la imputada aceptó declarar y lloró al momento de recordar los hechos y, ante los jueces y el fiscal Claudio Pelayo, dijo que al momento de lo que se llamó la «Masacre de Quilmes» ella estaba embarazada, tenía contracciones y que no tuvo responsabilidad.

La mujer policía había sido señalada por los investigadores como una de las oficiales que también estaba en la dependencia al momento de los hechos y que no hizo nada para evitar las torturas y la muerte de las víctimas.

Algunos testigos la habían ubicado en el cordón policial que apaleó a las víctimas cuando salían de las celdas quemadas y se dirigían a las duchas.

Uno de los testigos de ayer fue un hombre llamado Jonathan Aguirre, que fue uno de los sobrevivientes del hecho, quien afirmó recordar a la oficial en el cordón policial, pero que no la vio hacer nada para «salvar a las víctimas» ni «impedir la situación».

La «Masacre de Quilmes» es uno de los casos emblemáticos de la violencia institucional de los últimos 20 años.

El hecho ocurrió en la noche del 20 de octubre de 2004 cuando policías ingresaron a las dos celdas de la comisaría 1ra. de esa localidad, que alojaba a 17 adolescentes, a quienes golpearon y sometieron a torturas.

En reclamo, los detenidos iniciaron un incendio y motín, que derivó en la muerte de los cuatro jóvenes que quedaron encerrados en sus celdas y no pudieron escapar de las llamas.

Las víctimas fueron Elías Giménez (15), Diego Maldonado (16), Miguel Aranda (17) y Manuel Figueroa (17).

En 2015 se realizó el juicio. Por las torturas y el incendio, fueron sentenciados a penas de entre 3 y 16 años el excomisario Juan Pedro Soria, el subcomisario Basilio Vujovic, el oficial inspector Fernando Carlos Pedreira Catalonga, el cabo Hugo D’Elia, los agentes Franco Góngora, Gustavo Altamirano y Elizabeth Fernanda Grosso, y los oficiales Gustavo Ávila, Héctor Jorge Gómez y Juan Carlos Guzmán.

Según el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal 3 de Quilmes, los que recibieron la mayor pena fueron Pedreira (a quien le dieron 16 años de prisión), y D’Elía y Guzmán, quienes recibieron 10 y 9 años, respectivamente, pero están en libertad condicional.

Ninguno de los condenados fue preso hasta este año, cuando el mismo TOC 3 ordenó que el inspector Pedreira (45), quien se hallaba cumpliendo prisión domiciliaria monitoreado por una tobillera, sea enviado a la Unidad Penitenciaria 9 de La Plata, donde deberá permanecer hasta el 18 de octubre del 2031.